Oyendo a Montaner. Las 16 naciones más felices

Resumen

Decidimos ir a una de esas invitaciones "personalizadas" que nos hace con frecuencia el Ministro de Hacienda para las conferencias que patrocina alguna de las instituciones financieras internacionales, en sus vanos esfuerzos por hacernos cambiar, y a las que no habíamos ido por tres razones: tienen todos los conferencistas un común denominador; estamos generalmente de acuerdo con su posición; y, como decía William Faulkner cuando rehusó ir a cenar a la Casa Blanca, "ya estoy muy viejo para ir tan lejos a comer con gente que no conozco".

Pero fuimos a oír al que más hemos leído porque últimamente le notamos como un giro violento a la expresión de sus opiniones, y pensamos que quizá se debe a que ahora si es posible tener dudas sobre las virtudes del paradigma del mercado, y la gente se suele poner más dogmática para no ser víctima de la duda.