Acta Académica, 75, Noviembre 2024, ISSN 1017-7507

La metodología del aprendizaje servicio, algunas consideraciones para su comprensión
The methodology of Service Learning, some considerations for its understanding

Dr. Santiago Gallur*

MsC. Susell Gómez**

MBA Ing. Sarahi Álvarez***

Resumen:

El Aprendizaje Servicio (en adelante AS) se considera una metodología a favor de la acción y de la creación de experiencias significativas en el alumnado para fortalecer su compromiso social, valores, responsabilidad social, entre otras, mediante el establecimiento de vínculos certeros entre teoría y práctica, experiencia social comunitaria y saber académico. La revisión sobre el tema evidencia su importante rol en distintos contextos educativos universitarios en la formación de grado. Este artículo tiene como objetivo revisar algunas consideraciones importantes sobre el tema en el contexto universitario actual. Mediante la revisión realizada, se puede considerar que esta metodología propicia una vía de aplicación práctica, toma de acción y protagonismo de los estudiantes en busca del fomento de la conciencia social y de las competencias necesarias para resolver problemas de la vida real.

Palabras clave: APRENDIZAJE SERVICIO - METODOLOGÍA -

UNIVERSIDAD - INNOVACIÓN EDUCATIVA.

Abstract

Service learning (SA) is considered a methodology in favor of action and the creation of meaningful experiences in students to strengthen their social commitment, values, social responsibility, etc. Through establishing accurate links between theory and practice, community social experience and academic knowledge. The review on the subject shows its important role in different university educational contexts in undergraduate education. This text seeks to revisit some important considerations of this for the current university scenario. Through the review carried out, it can be considered that this methodology provides a way of practical application, action and protagonism of students in search of the promotion of social awareness and the necessary skills to solve real-life problems.

Keywords: SERVICE LEARNING - METHODOLOGY -

UNIVERSITY - EDUCATIONAL INNOVATION.

Recibido: 8 de agosto de 2024

Aceptado: 7 de octubre de 2024

Introducción

Generalidades de la Metodología del aprendizaje servicio

El AS es considerado como una de las metodologías activas y experienciales (Zorilla 2016 citado en Chiva-Bartoll y Gil-Gómez 2018); este autor también comparte que, con esta, el estudiante se vuelve el centro del proceso de enseñanza aprendizaje, pues construye por sí mismo una solución al problema o necesidad identificada. En otras palabras, Chiva-Bartoll y Gil-Gómez (2018) concluyen que: “aporta un elemento de motivación y un baño de realidad”.

Otro rasgo importante del AS es que persigue provocar una transformación consciente a la vez que el estudiantado consolida aprendizajes curriculares. Por lo que, el AS debe ir ligado a una asignatura y a sus contenidos estructurales, o sea, debe tener una vinculación curricular. Además, debe proveer una relación de reciprocidad entre la sociedad y la institución que la realiza porque, si bien el estudiante aplica sus conocimientos, también debe incidir en la formación de su identidad, de su reflexión sobre la cotidianidad que le rodea, de los problemas de su comunidad o entorno, etc.

Existen cuatro modalidades para su aplicación, según Chiva-Bartoll, y Gil-Gómez, (2018): 1) servicio directo, 2) servicio indirecto, 3) advocacy,(4) servicio de investigación; lo que implica que hay diferencias para su uso y aplicación. Esto se traduce en que, en la primera modalidad, en el servicio directo el alumno mantiene una relación estrecha con las personas o comunidad e interviene directamente en la solución del problema. En la segunda, en el servicio indirecto el alumno aporta ideas y propone recursos para intervenir sin estar en contacto directo con la comunidad, en este, se mejora la situación de necesidad.

En la tercera clasificación, el alumno contribuye en la eliminación de las causas que originan el problema, en este caso de interés público, o sea, debe ser una situación denunciable, la cual tenga alto impacto a nivel social, para que a través de las propuestas realizadas se logre la intervención y eliminación del problema. La cuarta definición, consiste en realizar proyectos de recopilación de información y documentación relevante para la comunidad, los encargados comunitarios y agentes sociales responsables de dar solución a las problemáticas, de igual modo, en el proyecto se logran identificar las principales necesidades sociales de la comunidad (Chiva-Bartoll y Gil-Gómez 2018).

El rol del AS en el contexto universitario es indiscutible para desarrollar buenas prácticas, Martínez (2007), citado en Rodríguez (2014), argumenta que:

Una formación universitaria de calidad no puede separar la formación profesional de la formación ciudadana y ofrece tres razones: la primera relacionada con el concepto actual de formación universitaria; la segunda con el objetivo de cohesión social y no sólo de competitividad que debería tener como misión la universidad hoy; y la tercera derivada de las investigaciones sobre desarrollo moral y aprendizaje ético.

Expuesto lo anterior, se presentan experiencias sobre el AS que permiten comprender la vinculación de este con la formación integral y el compromiso social del estudiante universitario.

Orígenes y evolución en el contexto europeo y estadounidense

El aprendizaje servicio es hoy una metodología innovadora, resultado de un proceso que, desde su evolución y desarrollo, se ha implementado en diferentes contextos educativos. Esta consiste en una concepción que implica una revisión histórica desde autores clásicos como John Dewey (1950) hasta otros que emergen en la actualidad, pues, cada vez más, se visibiliza como metodología de innovación educativa, estrategia pedagógica, etc.

Como se mencionó anteriormente, John Dewey es uno de los principales pilares de esta concepción, dado que cuestionaba los modelos educativos tradicionales en los que el estudiante era un recipiente pasivo de material informativo, transmitido por los profesores. Defendía la idea de que, el estudiante no es un ente pasivo, sino un sujeto que participa activamente aprendiendo desde la experiencia y la práctica y que constituye una persona que adquiere destrezas en contextos reales (Dewey, 1997, citado por Pascagaza y Barriga, 2022).

La ubicación en espacio y tiempo del nacimiento exacto del concepto de Aprendizaje Servicio resulta compleja. Según Tapia (2014), citado en Fernández y Losano (2021), surgió en instituciones de educación superior y centra su aparición a finales del siglo XIX y principios del XX, con el movimiento de extensión universitaria que hacía posible la puesta en práctica de acciones sociales desde la universidad.

A raíz de esta evolución, se presentan tres etapas en su devenir: los orígenes desde 1900-1979, la institucionalización desde 1980-1999 y la internacionalización del 2000 hasta hoy. En ese orden, citando a Fernández y Losano (2021), se presentan los principales hitos en el desarrollo del AS, tales como: en 1916 John Dewey publica “Democracy and Education”; en 1967, los investigadores Robert Sigmon y William Ramsey acuñan el término service learning y en 1971 se crea el programa National Student Volunteer que publica la revista Synergist.

Adicionalmente, para continuar, es importante referirse a la noción básica del término anglosajón Service Learning (SL) que según Sigmon y Ramsey (1997), citados en Rego et al (2015), consta de cuatro denominaciones: service -LEARNING (prima el aprendizaje, dejando a un lado el servicio), SERVICE-learning (prima el servicio, dejando a un lado el aprendizaje), Service learning (servicio y aprendizaje permanecen separados) y Service- learning (servicio y aprendizaje tienen el mismo peso).

Esta metodología, si bien es sumamente empleada en la universidad y el High School estadounidense, en la actualidad también ha permeado la educación europea, tomando en consideración la concepción de Puig et al (2007, p. 7, citada en Rego et al, 2015), que lo define como: “una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje servicio a la comunidad con un proyecto bien articulado en el que los participantes se formen en trabajar sobre necesidades reales del entorno, con el objetivo de mejorarlo.”

Por otro lado, España se volvió núcleo central de desarrollo del AS, ubicando grandes aportes a partir de los esfuerzos de organizaciones de la sociedad civil, como la Fundación Jaume Bofill y la Fundación Catalana de l’Esplai, de la Universidad de Barcelona. Además de las contribuciones de la pedagoga Roser Batlle y el catedrático Josep M. Puig Rovira, quienes lograron junto a otros, en etapas posteriores, posicionar esta metodología en el mapa.

Otro de los hitos en el devenir y desarrollo del término fue la creación del Centre Promotor de ApS de Cataluña y la Fundación Zerbikas, así como la constitución de la Red Española de Aprendizaje-Servicio (REDAPS) en el 2014 y, finalmente, la Asociación de Aprendizaje-Servicio Universitario ApS(U) en el 2017.

Las conceptualizaciones han sido múltiples, así se valida en la literatura científica del 2010 en adelante. No obstante, pese a la variedad, autores como Jacoby (1996), Le Grange (2007), Puig et al (2007), Tapia (2010), citados en Rego (2015), coinciden en que, el AS es un programa que se traduce en un proyecto, con miras a intervenir en necesidades, situaciones y problemas de la sociedad, al tiempo que propician en el alumnado aprendizajes académicos, cívicos y profesionales, es decir, se refiere a todo lo relacionado con el comportamiento, derechos y deberes de una persona como miembro de una comunidad o sociedad. Ser cívico implica cumplir con responsabilidades como ciudadano, como votar, respetar las leyes, contribuir al bienestar común, y participar en la toma de decisiones que afectan a la comunidad.

En el contexto educativo, el aprendizaje cívico se enfoca en formar personas conscientes de su papel dentro de la sociedad, capaces de actuar con responsabilidad y compromiso social. Lo anterior se traduce en que, es un enfoque educativo que toma la forma de un programa que se concreta en proyectos prácticos. Estos proyectos están diseñados para aplicar lo aprendido en un contexto real.

De igual forma, como metodología, propicia la acción y reflexión por parte de los estudiantes. Esta, sin dudas, es la visión que para los fines del presente proyecto se ha de sostener, pues incluye los elementos puntuales a considerar para la propuesta práctica, como metodología viable en la realización de proyectos integradores de una asignatura.

Orígenes y evolución en el contexto latinoamericano

En América Latina, la revisión realizada apunta a diversas experiencias de Aprendizaje Servicio (AS) con una amplia diversidad y uso en universidades, lo cual es de alto impacto, dado el cuestionamiento de la utilidad de los aprendizajes que imparten las altas casas de estudio por el desbalance entre teoría y práctica, la carga de especialización y el cuestionamiento a la formación sociohumanista y general. Por ello, es latente la necesidad de incorporar metodologías que resulten innovadoras para el desarrollo del proceso de enseñanza con una visión integradora y pertinente, que responda a las demandas de este siglo. De este modo, Ganga-Contreras et al (2021, p. 53), a partir de Rodríguez-Izquierdo (2020), expone que “la metodología de enseñanza de ApS influye y mejora el compromiso académico de los estudiantes universitarios, mostrando actitudes más positivas hacia el estudio”.

Para la UNIR (2020), el AS es una metodología donde los estudiantes van a dirigir sus aprendizajes al servicio social, movilizarán todas sus competencias para transformar o mejorar su comunidad. En este sentido, ellos se convertirán en aprendices autónomos y protagonistas, expertos en resolver problemas reales y comprometidos con su entorno, pues lo aprendido adquiere un valor solidario.

En adición, el empleo de metodologías innovadoras es cada vez más necesario. La innovación educativa se erige como un proceso que debe generar un alcance diferenciador en las prácticas docentes. El AS, en este sentido, es una metodología que integra la enseñanza con el servicio comunitario de los estudiantes en un entorno real. Ganga-Contreras et al (2021, p.52) así lo define en la introducción de su artículo el cual se refiere a la implementación de un proyecto con metodología basada en aprendizaje servicio para estudiantes de Negocios en la Universidad del Bío-Bío, en Chile.

Continuando con la experiencia universitaria en Chile, Maldonado-Rojas y Toro-Opazo (2020, p. 288) en su investigación sobre la aplicación del AS como estrategia metodológica en estudiantes de tecnología médica conceptualiza que:

La metodología de aprendizaje-servicio se presenta como herramienta para que las instituciones de educación superior respondan integradamente a tres dimensiones: una académica, donde el contacto directo con la realidad posibilita mayores y mejores aprendizajes en los estudiantes; otra ligada con la calidad del servicio y la contribución real a solucionar problemas comunitarios, y, finalmente, la posibilidad de formar valores para los estudiantes.

Por otro lado, el uso del AS en proyectos es cada vez más notorio; Ruiz et al (2020) comparten una serie de conceptualizaciones al respecto:

Los proyectos de aprendizaje-servicio buscan a la vez que los conocimientos que los estudiantes deben incorporar o desarrollar, se articulen con la vida cotidiana y, sobre todo, con la vida comunitaria. La metodología de los proyectos puede facilitar una interacción armónica de la institución educativa con la comunidad y sus organizaciones (…) Al mismo tiempo, es posible vincular progresivamente la experiencia de servicio con los contenidos curriculares y planes de estudio de forma que se fortalecen los contenidos académicos con el aprendizaje que se produce en el desarrollo del servicio. (p. 51).

Las autoras desarrollaron un proyecto de AS en instituciones rurales de un distrito peruano, obteniendo resultados satisfactorios y demostrando la importancia de estos proyectos que involucran los contenidos académicos y el servicio a la comunidad, puesto que, contribuyeron a conseguir el involucramiento y la atención de problemas, necesidades y requerimientos acordes a los servicios académicos por parte de los estudiantes. En sus propias palabras: “garantizan los aprendizajes académicos relacionados con el servicio comunitario, respondiendo a las necesidades educativas reales en las instituciones educativas rurales del distrito de Independencia, dentro del marco de la responsabilidad social universitaria, generando nexos interinstitucionales” (Ruiz et al 2020, p. 60).

Siguiendo las ideas anteriores, Durán (2022, p. 221) expone que, dada la importancia de incorporar la metodología de AS en el contexto universitario, debería existir una indicación que obligue a que todos los estudiantes para graduarse deban haber realizado una experiencia de este tipo. Lo anterior, lo justifica exponiendo su conceptualización de principios básicos del AS:

Analizar y comprender problemas y necesidades sociales como estímulo de la capacidad crítica y la iniciativa solidaria.

Desarrollar la competencia en la resolución de problemas reales de forma creativa.

Promover retos cívicos dirigidos a la construcción de una sociedad sostenible, más justa y solidaria.

Posibilitar y potenciar relaciones interdisciplinares en los proyectos que integren la complejidad real de las situaciones a las que deberán enfrentarse cuando inicien su etapa profesional.

Fortalecer el vínculo de la universidad con otros agentes de la sociedad, desde Administraciones públicas a actores sociales pasando por empresas y organizaciones del tercer sector, aprovechando su experiencia en la creación y consolidación de alianzas y visibilizando el trabajo que desempeñan con colectivos vulnerables.

En resumen, las generalidades conceptuales del AS y su aporte como metodología para la realización de proyectos en las universidades permiten asegurar que su aplicación fortalece habilidades sociales, contribuyendo a la formación integral y compromiso social de los estudiantes. De igual forma, impacta de forma positiva en la autoestima, empatía, el trabajo en equipo y les permite mejorar las prácticas de responsabilidad social universitaria y de compromiso con sus entornos.

Además, se debe entender que estos proyectos no son voluntarios. El servicio sigue en el plano asistencial, pero cuando se habla de AS incluye la relación entre el servicio a la comunidad y el aprendizaje curricular ofrecido al estudiante.

Figura 1

Aprendizaje Servicio

Nota. La imagen representa las diferencias entre el AS y voluntariado y servicio comunitario. Tomado de Rodríguez Gallego, M. R. (2014). El Aprendizaje-Servicio como estrategia metodológica en la Universidad. Revista Complutense de Educación, 25 (1), 95-113.

El AS durante el 2023

Durante el último año, una serie de investigaciones han sido publicadas con respecto al uso e implementación del AS, en este sentido, se puede destacar el trabajo de Lantarón (2023) quien desarrolló un proyecto en la Universidad de Extremadura en España, titulado “Uso de metodologías activas en las aulas: experiencia educativa de aprendizaje-servicio y fotovoz”. En este, se empleó el AS como metodología activa para desarrollar un proyecto de innovación en la asignatura de Educación Inclusiva de la carrera en Educación Primaria Mención Pedagogía Terapéutica de la Universidad de Extremadura. La autora de este proyecto invita a usar la metodología del AS como vía de aplicación práctica, toma de acción y protagonismo de los estudiantes en busca del fomento de la conciencia social y de las competencias necesarias para resolver problemas de la vida real.

Este proyecto en sus resultados presentó un alto grado de satisfacción de los estudiantes de la asignatura con la aplicación de la metodología. En las propias palabras tomadas de estos: “realizar la investigación por el campus nos ha abierto los ojos, ahora vemos cosas que antes no” o “ahora me fijo más en las barreras que hay en el camino y en las clases” (Lantarón, 2023, p. 64).

A su vez, en cuanto al servicio, la autora expresa que:

La experiencia educativa desarrollada muestra haber cumplido con la misión que se espera de la Universidad y de los aprendizajes que en ellas debe fomentarse, apoyando la idea expuesta por Perdomo et al. (2023) cuando indican que la universidad tiene el compromiso de formar personas que van directamente a ocupar un puesto en el mercado laboral, por lo que no solo deben adquirir los aprendizajes propios de la profesión, sino comprometerse y realizar aportes a la sociedad. (Lantarón, 2023, p. 66).

En ese mismo orden, se pueden citar los españoles Requena y Carrero (2023) con su investigación titulada “Competencia emprendedora y competencia emocional: experiencia de Aprendizaje-Servicio con alumnado universitario”, llevado a cabo con el grado de Pedagogía de la Universidad de Valencia. A partir de lo anterior, se logró arribar a conclusiones en las que se valoró positivamente el uso del AS como metodología de aula. Los participantes enunciaron que esta experiencia fomentó el compromiso, la responsabilidad, la creatividad, la motivación, el autoconocimiento, las relaciones interpersonales, así como las habilidades asociadas a la competencia emocional y a la emprendedora, etc. (Requena y Carrero. 2023, p. 75).

En otro orden, se continúa con García et al (2023) y su investigación: “Efectos del Aprendizaje-Servicio Universitario sobre la Competencia Docente del Alumnado en el Ámbito de la Actividad Física y el Deporte”. En este trabajo, los autores buscaban conocer y comprender los efectos del AS sobre la competencia docente del Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y del Grado en Maestro en Educación Primaria, con mención en Educación Física de la Universidad Autónoma de Madrid, con la participación de 145 estudiantes que realizaron experiencias de AS en diferentes asignaturas anteriores.

Para el desarrollo de la anterior, se empleó el cuestionario E-ASAF, grupos focales, entrevistas grupales, el portafolio del alumnado y observaciones no participantes. A su vez, el análisis estadístico se realizó mediante el programa SPSS v.25 y el análisis de contenido para la información cualitativa (García et al 2023, p. 65).

En adición, la investigación mostró las potencialidades del AS para formar cuatro tipos de conocimientos (del contenido, pedagógico, del contexto social y del contexto profesional), pues permite que el alumnado adquiera las competencias necesarias para prácticas laborales, consolidar el conocimiento pedagógico, brindar un tratamiento integral al proceso de enseñanza aprendizaje y, a grandes rasgos, brinda efectos positivos en el comportamiento profesional de los alumnos. Con su investigación demostraron que el AS es una metodología beneficiosa en la formación de los futuros profesionales de la educación.

En el contexto de la educación universitaria en América Latina, el uso del aprendizaje servicio también se torna objeto de interés y de reflexión científica, aunque quizás no con tanta visibilidad como en otros escenarios. La creación de la Red Iberoamericana de Aprendizaje Servicio (REDIBAS) en el 2005, en Buenos Aires, Argentina, comenzó a dibujar el interés de promover al AS como propuesta pedagógica y de protagonismo ciudadano, así como a concebirlo como una herramienta para la transformación de la realidad, convirtiéndose en un punto de referencia para el continente.

En este sentido, Morillo et al (2023) de Lima, Perú, en su investigación “Impacto del Aprendizaje-Servicio en la formación de estudiantes universitarios”, buscó identificar los impactos de los programas de AS, mediante un estudio cualitativo compuesto por una revisión bibliográfica de artículos publicados sobre el tema. Los autores describen que su interés por este ha estado motivado por la desigualdad, la segregación e inequidad social que afecta la educación, tomando en cuenta la visión peruana de que la universidad ha de formar a estudiantes integralmente, conectando el aprendizaje y las necesidades comunitarias, precisando la importancia de incorporar esta metodología en beneficio de:

Proyectos que permiten adquirir habilidades y herramientas para realizar ideas y proyectos que mejoren la realidad encontrada las competencias para la ciudadanía y la transformación social relacionadas con la participación en actividades comunitarias, y, finalmente, las competencias vocacionales y profesionales que capacitan al estudiante para su futuro desempeño laboral y comprensión de la ética laboral. (Morillo et al, 2023, p.240).

Atendiendo a ello, la investigación realizada evidencia que los programas de AS tienen impactos positivos, esto al constituirse como una propuesta pedagógica que permite adquirir conocimientos basados en la experiencia, mejorar el rendimiento académico, entre otros. También, acota que, para que esto se logre con efectividad, se requiere del compromiso de las universidades, las instituciones externas, la motivación de los estudiantes y docentes. En el análisis se expone también que muchas propuestas son puestas en marcha mayormente por las carreras de Educación, por lo que, constituye aún un desafío su implementación con mayor alcance en otras áreas de conocimiento.

A su vez, en Buenos Aires, Argentina, Hernández et al (2023) en su investigación “Aprendizaje-servicio: abriendo caminos de sentido desde el aprendizaje basado en retos”, desarrollada en la Pontificia Universidad Católica de Perú, desarrollaron un proyecto de AS, atendiendo a las consecuencias de la pandemia por COVID-19, en el que, mediante talleres virtuales de estimulación cognitiva a adultos mayores, se persiguió potenciar el ejercicio cerebral en beneficio del aprendizaje cotidiano. Esto lo hicieron integrando a los estudiantes del último año de la carrera de Licenciatura en Psicopedagogía y vinculando al AS como metodología y el enfoque de aprendizaje basado en retos, para lograr la articulación de las competencias prácticas profesionales y brindar esta innovación como servicio dentro de la asignatura correspondiente. Según la consulta a la fuente, participaron 88 adultos de grupos pastorales de Argentina y otros países de Sudamérica (Ecuador, Perú, Venezuela, Guyana, Honduras) y una participante de España (87% mujeres y 13 % hombres), entre 30 y 91 años. (Hernández et al, 2023).

Del trabajo anterior, uno de los principales elementos, en materia de aportes, se considera la rúbrica empleada para la evaluación de proyectos de AS. Esta contiene tres grandes dimensiones que aluden al enfoque por competencias (saber, saber hacer y saber ser). También, destaca la metodología empleada, en la que se utilizó el diseño descriptivo con tipo de estudio transversal, donde se realiza una comparación de pretest y postest intersujetos que participaron de los talleres.

A grandes rasgos, de los principales aportes de esta experiencia se puede mencionar la vinculación extra-universidad, la cual permitió a los estudiantes participantes identificar que no existen límites para desarrollar los proyectos de esta naturaleza, pues lograron realizarlo con adultos mayores dentro y fuera del país. También, les sirvió para fortalecer la autonomía e iniciativa personal en la toma de decisiones al planificar actividades y recursos, trabajar de forma activa como miembros de la comunidad, ser parte del cambio social, motivarse a este tipo de aprendizaje y ser conscientes de las realidades que se viven en esta etapa postpandemia. Por lo que, se considera una importante oportunidad para ellos en su formación académica y el desarrollo de su compromiso social.

En Argentina, de igual forma, podemos también sumar a este acápite la investigación desarrollada por Herrazquín (2023), titulada “El voluntariado universitario como ámbito de aprendizaje-servicio. Estudio de caso en la Universidad Nacional de la Matanza”. Con este proyecto, se pretendió validar la necesaria vinculación de la universidad con la comunidad Partido de La Matanza, tomando como punto de partida los proyectos de voluntariado universitario, llevados a cabo a través de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional.

En el proyecto se insiste en la vinculación teórica-práctica que se hace urgente para lograr la sensibilización de los estudiantes con las problemáticas sociales comunitarias, de igual forma, viene a ser un reto para medir los conocimientos adquiridos. En cuanto a la metodología, se definió como cualitativa de carácter teórico-descriptivo y como técnicas de recolección de datos se recurrió a fuentes primarias, tales como entrevistas semiestructuradas con preguntas abiertas a los responsables de las áreas de Extensión Universitaria.

De los principales aportes, se pueden mencionar que, al desarrollar acciones concretas, articuladas con diferentes actores sociales y la práctica del AS, se logra que los estudiantes que participan vivan experiencias que les permitan reflexionar sobre su conocimiento, actitudes y participación de los problemas de la sociedad. También, les permitió a los encargados del departamento identificar de mejor forma el compromiso social de esta universidad pública. En conclusión, no solo es un ejercicio académico, sino que los estudiantes suman valores y experiencias necesarias para su ejercicio profesional.

También, en el escenario latinoamericano, en México específicamente, se puede mencionar la investigación desarrollada por García et al (2023) con el título “Sentimientos y valores, catalizadores de conocimientos y competencias ciudadanas en proyectos de Aprendizaje-Servicio”, desarrollada para analizar el impacto de las emociones y sentimientos sobre las competencias ciudadanas adquiridas por estudiantes universitarios en proyectos de AS. Se empleó para ello una metodología cualitativa, centrada en dar respuesta a cinco interrogantes relacionadas con la experiencia emocional y afectiva de los que cursaban una asignatura de un programa de licenciatura en Psicología. Esto les permitió identificar la influencia directa de los sentimientos y valores en la adquisición y el desarrollo de actitudes y competencias ciudadanas, por encima de la influencia ejercida por los conocimientos y habilidades adquiridos en la asignatura.

Lo señalado anteriormente permite afirmar que se trata de un tema de actualidad en el ámbito educativo internacional. En el caso de la República Dominicana, se puede citar “Poner en práctica. Los impactos del aprendizaje de servicio para estudiantes universitarios en la República Dominicana” de Megan Jeanette Myers (2023), que investigó el impacto en las actitudes cívicas y las habilidades blandas de un proyecto de aprendizaje de servicio, implementado un curso en una universidad privada en la República Dominicana. Es una obra escrita y publicada en idioma inglés.

En esta, Myers (2023) expone que la experiencia consistió en facilitar talleres literarios impartidos por los estudiantes universitarios, para alumnos de una escuela secundaria, la cual tenían dificultades con el análisis literario y el aprendizaje activo de los elementos de la literatura.

Por tanto, se empleó una metodología mixta, con aplicación de pre y post test utilizando el CASQ Scores (Average Scores of the Questions for Each of the Six Factors) y un análisis cualitativo, tomando en consideración las respuestas de los participantes en el proyecto. A grandes rasgos, el estudio permitió identificar un impacto positivo, no solo en las habilidades blandas (conciencia cívica, liderazgo, diversidad, resolución de problemas interpersonales) que se pusieron de manifiesto, sino también en el interés por las instituciones de educación superior en el aprendizaje servicio (Meyers, 2023, p.8).

El recorrido realizado permite reflexionar acerca de la importancia del AS para la vinculación con la realidad de los currículos y convertir a los estudiantes en actores claves de su formación integral. Por lo que se puede concluir que es una metodología actual, innovadora y con mucho por aportar en la docencia universitaria.

En resumen, esta revisión de experiencias, no solo sirven como guía valiosa, sino que también actúan como cimientos robustos sobre los cuales se posicionan las pautas para materializar la implementación del AS en el contexto universitario.

Consideraciones finales

El aprendizaje servicio (AS) se ha consolidado como una estrategia pedagógica innovadora que combina el aprendizaje académico con la participación activa en proyectos de servicio a la comunidad. Es crucial, sin embargo, tener un panorama claro de lo que se ha investigado y documentado a nivel teórico, lo que permite orientar su implementación de manera más efectiva y adaptada a las necesidades actuales.

La revisión de la literatura existente revela una variedad de experiencias que explican su valor educativo. Conocer y comprender estos enfoques teóricos permite a los docentes y encargados de los procesos educativos institucionales fundamentar sus prácticas pedagógicas en principios sólidos, evitando la adopción de enfoques meramente instrumentales o superficiales del AS.

Además, la revisión teórica aporta una visión crítica sobre sus potenciales limitaciones. Entre los desafíos señalados se incluye la necesidad de una formación adecuada para los docentes, la integración efectiva de los proyectos en el currículo y la evaluación del impacto, tanto en los estudiantes como en la comunidad. Estos elementos destacan la importancia de una implementación reflexiva y planificada, que considere los aportes teóricos para optimizar los resultados y reducir los riesgos de una aplicación descontextualizada.

Finalmente, profundizar en los marcos teóricos existentes sobre este permite a los investigadores y educadores identificar lagunas en el conocimiento actual y áreas para futuras investigaciones. Esto contribuye no solo al desarrollo académico del campo, sino también a la mejora continua de las prácticas educativas, promoviendo experiencias de aprendizaje más ricas y significativas para los estudiantes, mientras se fomenta un compromiso real con la transformación social.

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* Doctor en Ciencias. Profesor y coordinador académico en el Área de Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad INTEC. Santo Domingo República Dominicana. Correo electrónico: santiago.gallur@intec.edu.do

** MsC. Coordinadora de estudios generales. Área de Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad INTEC. Santo Domingo República Dominicana. Correo electrónico: susell.gomez@intec.edu.do

*** MBA.Profesora del Área de Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad INTEC. Santo Domingo

República Dominicana. Correo electrónico: sarahi.alvarez@intec.edu.do