Acta Académica, 71, Noviembre 2022, ISSN 1017-7507
María Sofía Rojas-Calderón*
Resumen: Este artículo es un esfuerzo por lograr sintetizar las condiciones históricas que dieron origen a la Escuela de Filología de la Universidad Autónoma de Centroamérica, así como documentar la cantidad y características de sus graduaciones a lo largo de su existencia.
Palabras clave: HISTORIA - UNIVERSIDAD - UACA - FILOLOGÍA - FACULTAD - COSTA RICA
Abstract: This article is an effort to summarize the historical conditions that lead to the creation of the Philology School of the Universidad Autónoma de Centroamérica (Autonomous University of Central America), as well as to document the quantity and characteristics of its graduations throughout its existence.
Key Words: HISTORY - UNIVERSITY - UACA - PHILOLOGY - FACULTY - COSTA RICA
Recibido: 15 de setiembre de 2021
Aceptado: 1° agosto de 2022
“El estudio de la literatura es la única vía de acceso a una sociedad que no conocemos”
Dra. Carmen Codoñer Merino (2022).
Introducción
El siguiente artículo tiene como objetivo contar una breve reseña histórica de la Escuela de Filología de la Universidad Autónoma de Centroamérica (U.A.C.A.), mostrando los hechos que precedieron a su conformación y han caracterizado su desarrollo.
A continuación leerán seis apartados que documentan de forma sintetizada el recorrido de la enseñanza de las letras hasta la fundación de la Escuela de Filología de la UACA.
Consideramos fundamental señalar que la documentación pertinente es escasa, y en muchos casos anecdótica, por lo que esperamos este estudio motive a otros a profundizar sobre este tema.
Definición de Filología
El término filología proviene del griego φίλος (amor) y λόγος (palabra, razón), literalmente significa amor por las palabras. No obstante, definir de forma exacta a lo que se dedica esta disciplina es difícil. En gran parte, se debe a que en cada país e idioma la filología se estudia de una manera diferente. Esto es mejor explicado por la Dra. Carmen Codoñer Merino, de la Universidad de Salamanca; en el Seminario de estudios Retóricos, Filológicos y Humanísticos, brindado por Universidad Nacional Autónoma de México, en la conferencia titulada: “Hablemos de Filología; un Término Ambiguo”(2022). En esta la Dra. Carmen Codoñer Merino, amplia sobre el término ambiguo que es la filología, indicando las diferentes definiciones que existen para la filología en cada país y lengua, comienza con Inglaterra en donde lee: “ La filología tradicionalmente es el estudio de la historia de lenguaje, incluyendo el estudio histórico de los textos literarios... la tradición filológica es una de las más concienzudos análisis textuales y a menudo relacionado con la historia literaria y usando un esquema descriptivo tradicional.” Comenta que a pesar que es no es una definición sencilla de aprender se puede percibir que la filología en Inglaterra se centra en el estudio histórico de los textos (Codoñer Merino, 2022).
Posteriormente, lee la definición dada por Francia: “La filología consiste en el estudio de una lengua y de su literatura a partir de sus documentos escritos, es una combinación de crítica literaria, histórica y lingüística. Propone restablecer el contenido original de textos conocidos por muchas fuentes, es decir, seleccionar el texto más auténtico posible, a partir de manuscritos, ediciones impresas u otras fuentes disponibles, de manera que el filólogo compara las versiones conservadas de estos textos o restablece el mejor texto corrigiendo las fuentes existentes” (Codoñer Merino, 2022). Menciona que entonces la filología francesa se rige por crítica textual. En Italia la filología se define como una técnica, un instrumento: “Técnica que se aplica a los textos escritos para reconstruir su forma original e interpretarlos” (Codoñer Merino, 2022).
Finamente, en la filología en España no se define, sino que es explicada como una ciencia de amplios parámetros que abarca el estudio de los textos escritos y en ellos la estructura y la evolución de una lengua, su desarrollo histórico y literario; así como la literatura y cultura del pueblo o grupo de pueblos que lo han producido. Esta definición de filología es inmensamente vasta, y como dice la Dra. Carmen Codoñer Merino, estudia “todo” (Codoñer Merino, 2022). Este es el enfoque que se ve reflejado en el plan de estudios de la Escuela de Filología de Universidad Autónoma de Centroamérica.
Inicios de la Educación Superior en Costa Rica
Al inicio, durante el Imperio Español, la educación en Latinoamérica estuvo destinada a los españoles, sus hijos, funcionarios, y algunos pocos indígenas de altos cargos; las personas negras, mulatas y todos aquellos enjuiciados por la Inquisición, eran privados de ella.
Se enfatizaba en enseñar primaria y se descuidaba la secundaria. Por lo que alcanzar la educación superior era un privilegio propio de los grupos elites latinoamericanos (Corella, 2019).
Sin embargo, con el crecimiento urbano, aumentarían las demandas de la población latinoamericana por educación, por lo que se crearían diversas instituciones de enseñanza para satisfacer dichas necesidades. La primera universidad en Latinoamérica se encontró en Perú. Costa Rica se vería sumamente influenciada por las universidades regionales, en especial la Universidad de San Carlos de Guatemala y la Universidad de León de Nicaragua (Corella, 2019).
Costa Rica daría un gran paso en su educación, pocos años antes de su independencia, en 1814, con la Casa de Enseñanza de Santo Tomás, ubicada en San José. Está institución fue de gran importancia en la época, ya que se convirtió en un espacio para discutir temas de libertad, un anhelo que imperaba en el pueblo centroamericano. El padre Manuel Alvarado se encargó del plan de estudios, junto con Francisco Osejo, especialista en Filosofía y Leyes, quienes aportarían mucho al país en temas de educación y política. La Casa de Enseñanza se mantuvo gracias a contribuciones de vecinos de San José, preocupados por la instrucción de sus hijos (Martínez Gutiérrez, 2012).
Posteriormente, Costa Rica avanzaría aún más en la educación, sobre todo en la enseñanza superior, con la fundación de la primera universidad del país. Como cuenta Paulino González Villalobos, en su libro “La Universidad de Santo Tomás” (1989) el 3 de mayo de 1843 don José María Castro Madriz, quien era el Ministro General, firma el decreto que convirtió en “Universidad” a la Casa de Enseñanza de Santo Tomás. En ella se impartían lecciones de gramática castellana, filosofía, matemáticas, teología y derecho. Posteriormente se incluyeron clases de economía, ingeniería, medicina, farmacia, geografía, inglés, francés y alemán.
Más adelante en 1853, en el gobierno de don Juan Rafael Mora Porras, el Papa Pío IX le concedió a esta escuela de enseñanza superior el título de Universidad Pontificia, otorgándole privilegios especiales. Esta declaración le permitía al obispo autoridad de seleccionar los libros de texto y de nombrar o rechazar profesores (González Villalobos, 1989).
Alrededor del final del Siglo XIX y XX Costa Rica va dar énfasis a los niveles de primaria y secundaria, por lo que de 1874 se crea el Instituto Nacional con sede en la Universidad de Santo Tomás, donde se enseñan Humanidades, además de filosofía, agricultura, comercio y arte (Martínez Gutiérrez, 2012). El profesor Tomás Federico Arias Castro en “LXXX aniversario de la Universidad de Costa Rica (1940-2020): antecedentes históricos de su creación” (2020) plantea que la fundación de este Instituto fue una razón para la clausura de la Universidad de Santo Tomás argumentando que quedo abandonada y relegada únicamente a la Escuela de Derecho socavando así la autonomía de la Universidad.
Lamentablemente, la primera universidad del país cierra sus puertas el 20 de Agosto de 1888 (Arias Castro T. F., 2014) por recomendación de Mauro Fernández, Secretario de Instrucción Pública del presidente Bernardo Soto Alfaro. Las razones otorgadas a su cierre fue que la institución no cumplía los requerimientos y las expectativas de la educación superior de ese momento (Mora Arias, 2016).
Creación de las Universidades Públicas
Por más de cincuenta y dos años, Costa Rica no tendría una universidad, obligando aquel que buscara acceder a una educación superior a salir del país, un privilegio que solo lo tenían pocas familias (González Villalobos, 1989). Prevalecerían algunas facultades de Derecho, Agronomía, Bellas Artes y Farmacia, que continuaron funcionando independientemente, debido a la ausencia de una entidad superior que las organizara (Arias Castro P. T., 2020).
No obstante, las cosas cambiarían cuando en la década de 1920, Chile invita a los profesores costarricenses a que hagan sus estudios superiores en la universidad estatal de esa nación (Porras León, 2005). Los graduados regresan al país, llamando la atención del Secretario de Estado en la Cartera de Educación, Teodoro Picado, quien gestiona y obtiene del Presidente León Cortés Castro (1936-1940) el permiso para solicitar al Gobierno de Chile una misión educativa que analizara el sistema de enseñanza costarricense y presentaran propuestas que favorecerían su desarrollo (Porras León, 2005).
Mediante este proyecto y en conjunto con la Misión Chilena, la Universidad de Costa Rica abre sus puertas (Martínez Gutiérrez, 2012) un 20 de agosto de 1940, durante el gobierno del Presidente Rafael Angel Calderón Guardia (1940-1944) se aprueba en el Congreso un proyecto de ley enviado por el licenciado Luis Demetrio Tinoco y que fue firmado por el Presidente de la República el 26 del mismo mes (Burgos-Gómez, 1987). Iniciaría con las facultades de las Escuelas de Derecho, Farmacia, Agricultura, Pedagogía y Bellas Artes (Martínez Gutiérrez, 2012).
En sus primeros 17 años la U.C.R. (Universidad de Costa Rica) estuvo formada por una federación de facultades, por lo que carecía de un eje central unificador. En consecuencia, durante el Primer Congreso Universitario, en 1946, se plantea por primera vez la idea de un cambio institucional para solucionar la ausencia de una misión integradora institucional. De manera que, en una búsqueda de dar una dirección, en conjunto con la Reforma de 1957, se crea la Facultad Central de Ciencias y Letras, con la cual nacen también los Estudios Generales (Ruíz Zúñiga, 2001). En el discurso de inauguración de la facultad, Rodrigo Facio Brenes, rector de la U.C.R. en ese momento, explica mejor este objetivo: “Hacer de la diversidad, Universidad; del archipiélago, continente; de las partes, un todo. Poner la formación personal, cultural, social y ciudadana, antes de la formación profesional, la que vendría a constituirse, no más en la razón exclusiva de ser de la Institución, sino en el punto de llegada, después de haber cumplido ciertas etapas fundamentales” (Facio Brenes, 1957, págs. 86-87).
Posteriormente, la siguiente institución pública en crearse a nivel universitario fue la Escuela Normal Superior, en 1968, durante el mandato Presidente Trejos Fernández y el Ministro de Educación Guillermo Malavassi. La cual tenía el objetivo de instruir al personal docente, se recibían estudiantes que recién estuvieran iniciando su formación superior, pero también aquellos maestros que llevaran años dando clases que gustaran adquirir un grado universitario (Burgos-Gómez, 1987).
Es posible que esta Escuela se creara como respuesta a la necesidad de la población por más maestros y por más instituciones superiores. Esto debido a que en la década de 1960 a 1970 en Costa Rica, hubo un crecimiento exponencial institucional. Además después de la Segunda Guerra Mundial en el país se aumentó la tasa de natalidad (Ruíz Zúñiga, 2001). Para ejemplificar: “en 1962 había 1805 escuelas de primaria, entre públicas y privadas, que congregaban a cerca de 230.620 alumnos. Había un total de 76 colegios que abrigaban a 31.250 estudiantes; 34 instituciones vocacionales y al menos 86 centros de educación preescolar” (Martínez Gutiérrez, 2012, p. 30).
Asimismo, la Universidad de Costa Rica había ampliado su capacidad para recibir alumnos, desarrollando Centros Regionales, el primero en el cantón de en San Ramón y segundo en Liberia. En 1971 se da apertura a la sede de Turrialba y en 1979 a la sede en Limón (Burgos-Gómez, 1987).
Consecutivamente, se seguirían creando el resto de universidades del país. El Instituto Tecnológico de Costa Rica (I.T.C.R.), se fundaría 10 de junio de 1971 con sede en Cartago gracias a un proyecto de ley, del entonces Ministro de Educación, Guillermo Malavassi. La Universidad Nacional de Costa Rica (U.N.A.), es creada en 1972, a causa de la gran demanda por educación que todavía enfrentaba el país (Burgos-Gómez, 1987).
A pesar de esto, la Escuela Normal Superior se clausuró ese mismo año. Menciona Ángel Ruiz sobre esta misma institución en su libro “La Educación Superior en Costa Rica tendencias y retos escenario histórico” (2001, pág. 16): “Si bien esta institución, que no duró sino hasta 1972, fue la primera institución que rompió la exclusividad de la U.C.R. y, por ello, un precedente de la expansión de instituciones de los años setenta”.
Por último, la Universidad Estatal a Distancia (U.N.E.D.) sería creada en 1977 y muchos años después en 2008 se fundaría la Universidad Técnica Nacional (U.T.N.), ubicada en Alajuela (Burgos-Gómez, 1987).
Escuelas de Filología en Costa Rica
En Costa Rica nace el aprendizaje de las letras con La Casa de Enseñanza de Santo Tomás donde se impartía griego clásico, latín, literatura, retórica y poética. Posteriormente pasaría a ser la Universidad de Santo Tomás, donde además se impartió gramática castellana, filosofía y varios idiomas. (Escuela de Filología, Lingüística y Literatura, 2020).
No obstante, la enseñanza de la filología como tal, no empezaría hasta la 1940 cuando la Universidad de Costa Rica es fundada y se crea Facultad de Filosofía y Letras, en la cual se impartían la carrera de Filología y la de Historia. Para graduarse se debía llevar un año de Generales y tres del estudio propio de la carrera (Escuela de Filología, Lingüística y Literatura, 2020).
Años después, con la Reforma Universitaria de la década de 1950, se creó la Facultad de Ciencias y Letras, pasando el Departamento de Filología, Lingüística y Literatura a esta dependencia. La Escuela de Filosofía se le uniría, así como el Departamento de Lenguas Modernas. Sin embargo, no sería hasta 1974 que se fundaría propiamente la Facultad de Letras, lo que antes era un Departamento ahora es la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura (Escuela de Filología, Lingüística y Literatura, 2020).
Poco después, la historia de filología en el país cambiaría mucho, como resultado de la fundación de la U.A.C.A. (1976) ya que desde sus inicios impartió esta carrera (Malavassi Vargas, 2021). Hasta la fecha, solo la Universidad de Costa Rica y la Universidad Autónoma de Centro América enseñan filología en el país.
Creación de la Primera Universidad Privada
Como se ha establecido previamente en este artículo, la población nacional requería cada vez más acceso a las universidades. Cada año aumentaba la cantidad de estudiantes que no eran admitidos a las instituciones públicas superiores (Malavassi-Calvo, 2009). Nace entonces la inquietud en el pueblo costarricense, sobre todo en el padre de familia, al ver que el estudiante con su título de bachiller de colegio se le veía frustrada la posibilidad de obtener un título un universitario. Por consiguiente, un grupo de padres de familia se reúnen junto con algunos de los fundadores de la Universidad Autónoma de Centroamérica para preguntar si existía la posibilidad de fundar en Costa Rica una universidad privada (Dennis Bolaños, 2011).
En efecto, la creación de una universidad privada era posible. Sin embargo, debieron pasar algunos años para que esto ocurriera. Un valioso instrumento que modernizaba el funcionamiento de las fundaciones en Costa Rica, ayudo a impulsar la creación de dicha institución, en 1973 la Ley de Fundaciones, se aprobaría. Esta permite la creación de entes privados de utilidad pública, siempre y cuando, generen un bienestar social. (República, 2021). Finalmente, en 1975 Daniel Oduber Quirós, entonces Presidente de Costa Rica, aprueba en el mes de diciembre el decreto que permite la fundación de la primera universidad privada del país, la Universidad Autónoma de Centro América (U.A.C.A) (Chacón-Araya y Rodríguez-Villalta, 2001).
No obstante, es hasta el 25 de agosto de 1976, que puede abrir sus puertas. Integrada por los colegios (puede entenderse como sedes): Colegio Académico, Colegio Ventas, Colegio Monterrey y el Colegio Stvdivm Genérale costarricense (A. Gamboa & M. Piñeiro, 1996). Tomo como inspiración universidades inglesas de Oxford y Cambridge (Ramírez-Salas, 2007). En cuestión de once años la universidad ya contaba con más de mil graduados, 43 carreras impartidas, 16 colegios afiliados y 8655 estudiantes matriculados (Burgos Gómez, 1987). Posteriormente algunos estos colegios se separarían de la UACA y formarían sus propias instituciones de educación superior privada.
A pesar de esto, la universidad tuvo que enfrentar el miedo de la población costarricense a la privatización de la educación superior: el escudriño de los medios de comunicación, la oposición de universidades estatales y algunas veces del mismo gobierno (Dennis Bolaños, 2011). Aún así le fue posible completar, tres importantes logros que se enumeran en el artículo titulado “Al cumplir su XXX Aniversario la Universidad” de la revista Acta Académica (2006), siendo el primero, claro, su creación. El segundo democratizar la enseñanza y el tercero el aporte cultural que la institución ha dado al país.
En la actualidad la institución cuenta con cinco facultades: Arquitectura, Ciencias Sociales, Ingeniería, Ciencias de la Salud y Ciencias Humanas. Además de la sede Central en Curridabat, existen cuatro más: una en Guápiles, otra en Ciudad Nelly, otra en Nicoya y la última en San Ramón. La universidad gradúa profesionales en bachillerato, licenciatura, maestrías y doctorados en su más de 70 carreras (universidades.cr, 2021).
En cuanto a su método de enseñanza la institución somete a sus estudiantes a rigurosas pruebas, inspirada en los modelos de las universidades inglesas de Oxford y Cambridge, en primer lugar se ejecuta un período llamado “escolaridad” en el cual el estudiante recibe sus clases, realiza sus exámenes, hace sus tareas y completa sus lecturas. En segundo lugar, una vez que termina esto con éxito, puede hacer su examen de “residencia” el cual consiste en la evaluación de todo lo visto en el cuatrimestre, esto para probar con efectividad el nivel de compresión que adquirió el estudiantado durante el trascurso de sus clases. Finalmente, para graduarse el alumno debe realizar “pruebas de grado”, la metodología de cada una de ellas varía según la disciplina que él cursa, pero en esencia consiste en varios exámenes que ponen a prueba todo el conocimiento adquirido durante la totalidad de la carrera.
Inicios de la Escuela de Filología de la UACA
En 1976 la Universidad Autónoma de Centro América abre sus puertas basándose en el modelo Oxbridge (De Oxford y Cambridge), regido por un sistema de colegios afiliados. Uno de ellos, el primero que se afilió, el Stvdivm Generale Costarricense, el cual tenía por fundador al licenciado Alberto Di Mare (uno de los fundadores de la U.A.C.A), daba filología. En 1981, el Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada (CONESUP), desintegro el sistema de colegios afiliados, aún así la universidad mantuvo la carrera, solo que ahora de una manera - en palabras del Rector Guillermo Malavassi - “centralizada”. (Malavassi Vargas, 2021).
Es importante señalar que la idea de incluir la carrera al plan de estudios de la universidad nace del deseo de los fundadores, grandes conocedores de la historia de las universidades en Europa, en especial de la Universidad de París, por instruir al alumnado costarricense de conocimientos de cultura universal. Originalmente, la universidad enseñaba Artes (Filosofía), Derecho, Medicina y Teología, lamentablemente, la carrera de Teología no se pudo seguir dando, pero las otras sí. Sin embargo, no había sido erradicada la vitalidad de que el pueblo costarricense se impregnara de cultural universal, por esto surge la idea de ofrecer Filología en la universidad y por más de 45 años se ha venido impartiendo en la U.A.C.A.(Malavassi Vargas, 2021).
Sobre la Escuela de Filología de la UACA
Con base en la información suministrada por la Oficina de Registro de la Universidad Autónoma de Centro América, en setiembre del 2021, el plan de estudios de filología de la UACA, a nivel de bachillerato, consiste en la combinación de Filología Clásica y Filología Española. En esta se imparte: cuatro cursos de griego clásico, cuatro de Latín, dos de Literatura Griega, tres de Cultura Universal, uno de Lógica, uno de Técnicas de Trabajo Intelectual, cuatro de Gramática Española, dos de Gramática Histórica Española, dos de Literatura Latina, tres de Literatura Hispánica y cinco cursos optativos. Sumando así treinta y tres cursos, para un total de noventa y nueve créditos. Luego de completar el Trabajo Comunal Universitario, para ganar el derecho a graduarse el estudiante de completar el esquema de Pruebas de Grado: Prueba de Grado de Inglés, Prueba de Grado en Lengua Latina, Prueba de Grado en Lengua Griega, Prueba de Grado de Gramática Española y Prueba de Grado en Tema Histórico Literario.
De igual manera, la Oficina de Registro de la Universidad Autónoma de Centro América, en setiembre del 2021, nos suministró los datos de los graduados de la Escuela de Filología desde su inicio. De esta carrera a nivel de bachillerato, la universidad registra un total de 33 bachilleres, siendo la primera graduación en 1979 y la más reciente fue en el 2020, en el cuadro II se pueden ver las características de todas estas graduaciones. De ellos 13 fueron hombres, siendo el 39,39% y 20 mujeres para un porcentaje de 60,61%. Las edades de los estudiantes al recibir su título se encuentran en los siguientes rangos: con menos de 20 años fueron 2 (6,6%); entre 20 a 29 años fueron 11 (33,33%); entre 30 a 39 años fueron 7 (21,21%); entre 40 a 49 años fueron 2 (6,06%); y 50 años o más fueron 5 (18,18%). En sus pruebas de grado 6 estudiantes recibieron la siguiente mención Summa Cum Laude Probatus (18,18%), 10 obtuvieron Cum Laude Probatus (30,30%); otros 10 Bene Probatusestudiantes (30,30%); y Probatus 7 estudiantes (21,21%) (Ver el cuadro II).
Con respecto a la licenciatura, esta se enfoca principalmente en formar a filólogos españoles. Sin embargo en las pruebas de grado es donde se define el énfasis, pudiendo graduarse en Licenciatura en Filología Española o Licenciatura en Filología Clásica. En ella se dan los siguientes cursos: Teoría Literaria, Historia del Lenguaje Español, Crítica del Siglo XX, Semiótica, Teoría del Lenguaje, Lingüística Románica, Lenguaje Escrito, Estilo Literario y cuatro opcionales. Es decir, consta de doce cursos, para un total de cuarenta y ocho créditos.
Es importante indicar que la Licenciatura en Filología se estableció en 1991 y desde entonces han graduado 11 estudiantes, registrando el primero en ese mismo año y el más reciente en 2018, también con un graduado. En cuanto al sexo de los graduados es de 7 mujeres (63,64%) y 4 hombres (36,36%). Asimismo, el rango de edades al graduarse presenta las siguientes categorías: entre 20 a 29 años fue 1 (9,09%); entre 30 a 39 años fueron 3 (27,27%); entre 40 a 49 años fueron 3 (27,27%); y 50 años o más fueron 2 (18,18%). Al graduarse 4 estudiantes (36,36%) obtuvieron Summa Cum Laude Probatus; 3 (27,27%) Cum Laude Probatus; otros 3 (27,27%%) Probatus; y uno en Bene Probatus (9,09%) (Ver el cuadro II).
Conclusión
La educación es un derecho fundamental y no debería ser negado a nadie. Podemos decir orgullosamente, que Costa Rica siempre se caracterizado por validar este derecho, ha dejado el ejército atrás y ha armado de conocimiento a su pueblo. Nuestro país siempre ha tenido, incluso desde antes de independizarse, una gran necesidad por los estudios universitarios. Vemos esto representado con la fundación de la Universidad de Santo Tomás.
A pesar de que se clausuró dicha universidad, grandes pensadores costarricenses continuaron, como Demetrio Tinoco, luchando por ampliar horizontes, logrando la fundación de la Universidad de Costa Rica.
Conforme el pueblo fue necesitando más instituciones de educación superior, el Estado fue creando más las universidades públicas.
Sin embargo, el pueblo continuó con hambre de aprender, por lo que fue menester la fundación de universidades privadas.
La UACA fue fundada por pensadores deseosos de llevar al pueblo el conocimiento y gusto por la Humanidades. Los datos han indicado que es este amor por el estudio de los textos escritos, la estructura y la evolución de una lengua, también a su desarrollo histórico y literario, así como el estudio cultural de un pueblo a través de su literatura, mantienen la existencia de una Escuela de Filología UACA.
Cuadro I: Malla Curricular
Cuadro II: Análisis de Graduaciones
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* Estudiante de Filología. UACA. Correo electrónico: mrojasca@esuaca.ac.cr
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